Algo pasó
en el proceso de salir a andar en bici.
Cada vez más disfrutable, cada vez con
una percepción distinta para descubrir los ruidos no urbanos, los olores del
campo y de la ruta, del “balastro” y el no tan amigable “trillo”.
Se aprende a
ver el horizonte, a descubrir esas siluetas a lo lejos que siempre estuvieron
allí, pero que nunca viste desde el auto o el bus. De repente te empiezan a
interesar las distancias, a calcular los tiempos, a descifrar la dirección del
viento…
Conexión
entre el camino y uno, entre la ruta y el pedaleo.
Cuando se sale solo….tiempo
para pensar, ordenar las ideas, escuchar música (con un solo auricular para no
perder atención, aunque sé que no se debe) sacar la foto. O, no pensar y
concentrarse en la ruta.
Cuando se
sale con otros, la conversación amena, o el silencio cómplice.
He de decir
que cuando salgo en compañía lo hago con otras “maravillosas” mujeres…casi imposible
estar en silencio…y me encanta también
Hace más de
un año….y por ahora se siguen descubriendo nuevos “circuitos”. Y te empieza a pasar que te pones a pensar en cosas como:
“por dónde puedo llegar a”, “a dónde llevará ese caminito que vi
ayer?”, “cuánto demoraré en llegar a...?” “ y si vamos hasta…”.
Algo pasó en el
proceso de salir a andar en bici.
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