La versátil bicicleta regala también para estos fríos nuevos recorridos que hacer y caminos para descubrir.
No importa si el objetivo está más lejos, nos mueven las ganas de aprovechar la tarde de sol, de hacer productivas las horas de luz al aire libre, de cambiar de escenario, de desafiar al frío. Estamos de acuerdo, hay que visitar un paraje conocido como la Capilla Fenocchi, en los alrededores de Cardal. y hacia allí vamos.
El esfuerzo valió absolutamente la pena, descubrimos un lugar de particular misterio y belleza. La historia del la capilla es conmovedora y también el esfuerzo de quienes han restaurado y cuidan el lugar. Historias de inmigrantes, de tiempos difíciles, de amor filial, que a traves de este tipo de lugares trasciende el tiempo.
No correspondería contar yo la historia, dejo el link de quien la cuenta mucho mejor puesto que la protagoniza desde la investigación y el afecto de ser parte de su entorno. Por favor no dejen de leerlo.
La tarde fue espléndida, sirvió también para salir de la comodidad de la ruta y probar balastro y barro, ensuciarse un poco no esta mal. Y después a pedalear para llegar a casa antes de que se termine este paréntesis de sol. Ducha caliente, cafecito y satisfacción.
Las bicicletas son también para el invierno.
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